Ashley Madison: viaje al corazón del conurbano (I)

Ashley Madison, la autoproclamada “red social para infieles”, cuenta con más de 17 millones de usuarios en todo el mundo. Su slogan –“la vida es corta, ten una aventura”– se volvió popular el año pasado en la Argentina, donde se instaló con gran promoción en calles y medios masivos de comunicación. Creada por Noel Biderman en Estados Unidos en el año 2002, fue acusada de fomentar la infidelidad por sectores religiosos y ultra conservadores en numerosas oportunidades desde entonces. Al respecto, el sitio declara:

Ashley Madison no fomenta los distanciamientos entre las parejas. De hecho, si usted tiene dificultades con su relación, le recomendamos que busque orientación. 

No obstante, si sigue pensando que quiere buscar a una persona que no sea su pareja para satisfacer sus necesidades no satisfechas, entonces creemos realmente que nuestro servicio es el mejor lugar para comenzar.

Ingreso y costos

La interfaz de Ashley Madison está diseñada para ser asimilada rápidamente incluso por un analfabeto digital, si es que todavía queda alguno. Cualquiera tiene la posibilidad de abrir una cuenta, completar un perfil y navegar por sus páginas. Los perfiles admiten fotografías en dos modos: público y privado. Para acceder a las fotos privadas de otro, es necesario solicitarle un permiso. La comunicación con otros usuarios se realiza mediantes “guiños” (similares a los “toques” de Facebook) o por mensaje privado. La única manera de realizarlos es mediante la compra de una determinada cantidad de créditos. En Argentina, Ashley Madison comercializa paquetes de 200, 500 y 1000 créditos a un costo de $250, $500 y $800 respectivamente. Cada mensaje a otro usuario cuesta entre 5 y 10 créditos. Las salas de chat cotizan a 50 créditos la hora. También es posible realizar un pago extra para figurar en los primeros puestos de los resultados de búsqueda.

Buscadores

 La clave, como en todo sitio de contactos, se encuentra en el buscador, que permite definir las búsquedas por zona, género y edad, entre otras variables. Dado el relativamente corto período transcurrido desde la llegada de Ashley Madison a la Argentina, sorprende la enorme cantidad de usuarios, en especial mujeres, que aparecen en el recorrido. Algunas fotos de perfil muy cuidadas, que aparecen en modo público, sugieren que nos encontramos ante una elevada cantidad de fakes. La única manera de comprobarlo es comprar un paquete de créditos, enviar un mail y continuar el intercambio lo suficiente como para arreglar un encuentro. Es imposible calcular la cantidad de mensajes que envía un usuario promedio antes de obtener una respuesta. Naturalmente, Ashley Madison se reserva esa información.

Los perfiles

Una rápida recorrida por los resultados del buscador bajo la ubicación “Buenos Aires” basta para comprobar que una llamativa cantidad de usuarios de Ashley Madison proviene de las zonas sur y oeste del conurbano: Morón, San Justo, San Miguel, Lanús e incluso localidades más alejadas como 9 de Julio o Marcos Paz figuran en los primeros puestos. Aparece también una alta cantidad de usuarios situados en la “Isla Martín García” (!). El rango de edades es diverso, pero se concentra sobre todo en personas mayores de 30 años. Los perfiles suelen ser completados por entradas sugeridas por el sistema, que sólo permite ingresar texto en algunos campos específicos. Aquí, un ejemplo tomado al azar:

ashleymadison3

¿Quiénes se esconden detrás de los perfiles y cuáles son sus motivaciones? ¿Qué porcentaje hay de fakes, y cuántos corresponden a personas reales? ¿Cómo son las experiencias surgidas de Ashley Madison? En la próxima entrega de esta nota, gracias a un testimonio exclusivo, PACO indagará en estos interrogantes.